Era ella de nuevo, por que siempre me pasaban cosas malas a mí. Iba hacia mi asiento, al lado de Eme y Mel, cuando Luciana me dirigió una mirada intimidadora, pero yo simplemente la ignoré.
Cuando, me senté, Mel y Eme, parecían muy entusiasmada.
-Oye, vimos al chico, más lindo de todo el mundo.- me dijo Mel.
-Si, ya lo creo.- le dije casi no pendiente de la conversación.
-María, ¿que te pasa?.- me pregunto algo preocupada Eme.
-Es que, acabo de hablar con Aaron, y sabes el también cree, los de las almas gemelas.- le dije.- y además, vez esa chica de ahí, ellas es Luciana, la novia de Aaron.
-Esa es la estúpida.- me dijo muy enojada Eme.
Le estaba por responder a Eme, pero justo llegó, el profesor, y me tuve que callar, por que o si no nos manda, a hablar con el director, y eso si es otro tema, por que el director es muy enojón y mas si alguien se porta mal.
Cuando termino la clase, salimos a recreo, como siempre, nos fuimos al baño, pero cuando salimos fue distinto, había un chico esperándonos, si era Aaron. Y ahora que quería.
-María, María, puedes escucharme un momento.- me dijo el muy arrepentido.
-Mi amor allí estabas.- dijo una voz por mi espalda, si adiviné, esa voz chillona, solo le pertenece a una persona, si era la Barbie.
-Vámonos, no queremos perder, el tiempo.- dijo sínicamente.
Y se lo llevo, lo obligo.
Pasaron las clases muy raido hasta el almuerzo, al fin tenia mucha hambre. Eme por su parte había inventado un plan para llegar al chico nuevo. Estaban todas sentadas esperándome, pero había solo un problema para llegar a mi mesa. Una mesa antes estaba sentados Aaron y sus amiguitos y obviamente la Barbie.
Decidí ir a mi mesa, sin pensar que estaban ellos antes. Empecé a camina lentamente, y todo iba bien, hasta que, Luciana puso su pie, y yo me tropecé, y me caí encima de mi almuerzo y quede en ridículo delante de todos.
Lo único que se me ocurrió, fue salir corriendo, hasta los arbustos, donde nadie me pudiera ver. Y justo en ese momento, me recordé de algo, cuando conocí a Aaron también salí corriendo a un lugar donde pudiera estar sola.
Estaba llorando en los arbustos, muy silenciosamente, para que nadie se diera cuenta de que estaba allí. Pero justo cuando iba a empezar a llorar más fuerte, sentí unas pisadas, que venían justo para donde yo estaba.
-María, ¿Dónde estas?.- me pregunto una voz muy conocida.
-Aaron ¿eres tu?.- pregunte con un tono derrotada.
.Si, por favor, podemos hablar, sobre lo que paso hace un rato.- me dijo.
-Es que no te vasto, con la charla que tuvimos en la mañana.- le dije muy enojada.
Es que, no se daba cuenta, que me hería, pero no físicamente, si no, que me llegaba justo en el corazón. Ningún otro hombre me había herido tanto.
-No te quería herir, es que no te das cuenta que me gustas, me siento completo contigo.- me dijo.
-Bueno, pero no se nota, tu tienes a la Barbie y yo… bueno yo prefiero estar sola, como el dicho mejor solo que mal acompañado, eso me describe a mi.- le dije mas enojada.
-Por que, no solo, tú haces, tú vida y yo la mía.- e dije y me fui, no quería llegar tarde, en el primer día de clases.
Después de todo, el día no había estado tan malo, pero lo único que quería era irme, lo mas rápido posible de el colegio.
Cuando tocaron, la campana, salí disparada, ha buscar mi bicicleta.
Cuando, fui a buscar mi bicicleta, me di cuenta, que no estaba allí, y cuando mire, para ver donde estaba. Allí estaba la Barbie, con su amiguita, pero había algo que no estaba bien, mi bicicleta, estaba allí con ellas. Estaban tan furiosa, que creo, que me salió hasta humo de mis orejas.
Y ahí pasó todo, iba cruzando la calle. Y lo ultimo que sentí, fue a Aaron, gritándome, que para ahí mismo.
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1 comentario:
amo tu historia mi montse , espero que sigas escribiendo , solo q no se como voy a leerlas en vacaciones , por q tu cachia , te lo explico por tel , cuidate y sigue escribiendo chaucha
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