A la mañana siguiente me desperté, me duche, me vestí y baje a tomar desayuno y luego hice mi bolso para basquetbol, baje las escaleras para ir a buscar mi bici e irme a el colegio.
Cuando llegue al colegio, deje mi bici, y fui a la clase. Y como siempre saque mis cosas de la mochila, y me prepare para la clase, y como siempre espere a Eme y Mel.
Cuando llegaron me empezaron a contar, que habían visto un chico muy lindo, en la entrada del colegio y que parecía de nuestra edad.
Cuando ya llego el profesor, todos nos sentamos (Obviamente Eme, Mel y yo nos sentamos juntas), el profesor estaba por decirnos “Hola”, cuando alguien toco la puerta.
-Primer día de clase, y ya hay personas tardes.- dijo el profesor muy serio.
-Lo siento.- dijo el chico, entrando a la sala.
Pero esa voz me parecía muy conocida.
-Esta bien, pase adelante señor Aaron.- dijo el profesor.
Era…, no, no puede ser, que hacia el aquí, por que vino a MI colegio.
-María…. Maaa…. Ese…. Essss….- trato de decirme algo, pero como siempre, que esta emocionada no se le entiende.
-María, ese es el chico, de la entrada del colegio.- me dijo muy entusiasmada Mel.
-Eme, Mel, ese es Aaron, el hijo del jefe.- les dije un poco enojada y al mismo tiempo triste.
-Que ese es el estúpido.- me dijo un poco enojada Eme.
Lo único que quería, era que ese idiota, saliera de una buena vez de Mi sala, de Mi colegio y MI vida. No es que sea egoísta, pero ese tal Aaron, no me cae para nada bien.
-Tome asiento señor Aaron.- le dijo el profesor a Aaron.
-Si, enseguida.- le respondió Aaron.
Y se sentó al lado mío.
Por que a mi, por que tendría que haber venido a esta escuela si existen muchísimas mas.
Cuando termino la clase, de el profesor, nos tocaba música en otra sala así que salí corriendo a la sala, pero como de esperarse alguien me llamo.
-María espérame.- dijo Aaron casi llegando al lado mío.
-De nuevo, tú, no te basta con haberme puesto en ridículo en la fiesta ahora, me sigues.- le dije muy fría mente.
-Si te sigo, por que después de la fiesta me di cuenta, de que tu eres, mi alma gemela.- me dijo muy feliz.
-Y, otro más, con el tema.- le dije yo, cansada de escuchar, una y otra vez lo mismo.
-Mira, dime lo que dice la historia.- me dijo el.
-Que, cada cuatro generaciones, nace una niña y un niño, de distintas familias….- iba a seguir cuando el me hizo una señal de para.
-Ves, tú tienes dieciséis y yo también.- me dijo.
-Creo, que no te has dado cuenta, pero todos nuestros compañeros tienen dieciséis.- le dije con voz burlona.
-Si, pero dime, ¿Qué día naciste?.- me pregunto.
-¿Quién eres tu para que te diga que día nací?.- le dije en tono furioso.
-Solo, dime, ¡¿Cuándo naciste?!.- me dijo un poco furioso.
-Esta bien,- le dije con tono derrotada- es el 9 de Agosto.
-Ves, yo también nací, el 9 de Agosto.- me dijo un poco mas alegre.
-Si, pero aunque, aunque seamos almas gemelas, no cambian las cosas, entre tú y yo, por que tú tienes a la Barbie.- le dije un poco triste.
Me quede esperando una respuesta, pero no dijo ni pio, así que decidí ir a la clase de música. Pero antes tenia que dejar algo claro.
-Si, eso creí, eres terribles, quieres estar conmigo, pero al mismo tiempo, quieres estar con la Barbie. Bueno hasta aquí llego nuestra conversación.- le dije y salí corriendo a la clase.
Estaba entrado a la clase, cuando vi algo que me molesto demasiado.
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