martes, 3 de julio de 2012

Consecuencias Cap. 40

-¡Maria Blake! ¿Como pudiste?- gritaba de un lado del teléfono.

-Yo.. yo...- me estaba volviendo tartamuda.

Me costaba respirar, y sentía la mirada de Eme atreves del teléfono. Sentia su respiración agitada, como si hubiera corrido la maraton, pero yo sabia que la única causa de su respiración agitada era por que había descubierto lo que había intentado disimular por dos meses.

-María, ¿estas bien?- me preguntó Tom.

Solo le hice un seña en mi garganta, no podía respirar, no sabia que hacer, tenia que hablar con ella y explicarle todo, pero no podía respirar, no podía hablar, ni siquiera podía pronunciar una palabra.

Lo único que Tom fue capaz de hacer, fue quitarme el teléfono y empezar a hablar.

-Es Tom.- respondió firmemente.

-Ahora no es un buen momento.- dijo.

-Yo le diré, adiós.- fue lo ultimo que le respondió.

Ahora me costaba aun mas respirar, sentía que mi cuerpo no respondía, mis piernas y manos tiritaban como descontrolados, como cuando de niña me dio temperatura muy alta y mamá apenas podía bajarmela  papá corría por toda la casa intentando hacer algo.

-María, María, por favor escúchame, no le puedes hacer esto a Aaron, ahora no eres solo tu, dos personas mas dependen de ti por favor.- me dijo sentándose  a mi lado.

Solo escuchar el nombre de Aaron me enojo mas, el era el único que podría haber abierto su gran boca.

-Mierda, María! Por favor, no me puedes hacer esto, a penas te conozco, respira.- sentía que me movía, pero ya no me sentía bien, ni para moverme.

-Sabes, voy... voy a llamar a una ambulancia.- me dijo recostándome en el piso, mientas sacaba su móvil.

-Necesitamos una ambulancia, urgente, calle 14, casa 34, es urgente.- hablo Tom.

Corrió hacia mi lado, levanto mi cabeza para luego reposarla en sus piernas.

-Vamos, María.- me gritaba.

Me sentía cansada, tenia ganas de dormir, entonces mis ojos seempezaban a cerrar.

-No, no, mantente despierta, yo se que tu puedes, hazlo por tu hijo o hija, tiene derecho a vivir.- me dijo.

Eso había sido lo mas tierno que me había dicho en todo este tiempo. Una lagrima salió de mis ojos, sabía que tenia que luchar, pero no podía hacer mucho, la respiración era cada vez era mas ahogada. Me prometí a mi misma que en cuento llegara la ambulancia podría cerrar los ojos.

Tom me hablaba ya un poco mas calmado, me contaba una historia de el y Aaron, aunque lo que el no sabia es que yo no quería escuchar nada de su primo. Entonces pasó algo que me tomo por sorpresa, Tom toco mi vientre. Quise mirarlo, pero apenas podía moverme, ahora no me hablaba a mi, le hablaba mi hijo o hija.

-Que suerte tiene Aaron de tenerte a ti y a tu madre, sabes me imaginaba que tener un hijo debe ser algo  agotador, María, si así se llama tu mamá, se lo ha tomado my bien.- dijo.

Entonces sentí agudo dolor en mi vientre, como si fuera una punzada, pero mucho mas fuerte, aunque nunca me dio apendicitis, el dolor debe ser lo mismo.

-Tom.- fue lo único que pude pronunciar.

-María, ¿te sientes bien?- me pregunto.

Fue en ese momento que sentí la ambulancia, en ese momento, pude cerrar los ojos, con el dolor en mi vientre y sin poder respirar.

Como se sentirá que te rompan el corazón, fue la primera pregunta que se me vino a la cabeza, no creo  que Aaron haya hecho esto de mala intención, pero si había traicionado mi confianza.

Cuando me desperte mire hacia mi lada derecho, y vi a mi madre, sentada, se le veía triste, con ojeras, aunque tocaba su vientre, que ya no era tan pequeño como yo me acordaba, aunque pensando mejor no he estado con ella desde hace dos meses, nunca había estado tanto tiempo separada de mi madre, de niña no podía ni siquiera separarme de ella una hora, en el colegio pasaba llorando.

-Despertaste.- dijo mi madre sacando de mis pensamientos.

-Si, ¿que pasó?- le pregunte.

-Pues, el medico lo llamó "crisis de panico" dice que tenias muchas cosas acumuladas, y que llego a un punto en donde no aguantaste mas.- me contó.

-¿Pero no es para tanto?- estaba preocupada.

-No, para nada, es solo que te tenían aquí por tu hijo.- dijo.

Era la primera vez que lo pronunciaba desde que me había ido de la casa, aunque ahora lo mas probable volviera y solucionara mis asuntos, por que no quería volver con Aaron por un tiempo.

-Mamá, yo... lo siento mucho, nunca quise que nada de esto pasara.- le dije mirando a sus ojos.

Creo que nunca me había sentido tan arrepentida de algo, aunque fuera lo mas lindo de la vida, había hecho un infierno la vida de mis padres, que no había medido las consecuencias de mis actos y ahora los estaba pagando, y lo pero de todo había perdido esa relación con mi madre que tenia, y aunque la podía recuperar nunca iba a ser lo mismo, y mis padres nuca mas me mirarían de la misma manera.

-No, María yo debería haber estado ahí par ti, no tu novio, no tu abuela, yo, yo soy tu madre, nadie mas que yo se debería haber hecho cargo.- Aunque en parte lo que decía era cierto, me sentía mal, sentía que sus palabras eran consecuencias de mis acciones.

Consecuencias, eso era en lo que nunca pensaba, eso era lo que demostraba que yo  seguía siendo una niña, un bebé, que no pensaba en las consecuencias de mis actos, de lo que decía, ni como actuaba. Ahora me daba cuenta que era una niña esperando a cuidar a otra niña, ahora por primera vez sentía lo que sintió mis padres, decepción, pero lo peor, es que sentía decepción de mi misma.

Entonces fue eso lo que me hizo cambiar, quizás no cambiar de un momento a otro, si no como pensar las cosas desde ahora en adelante, debía meditar cada acto, por que cada acto tiene su consecuencia, pero depende de cada uno cuan grande sea su consecuencia y como influye en los demás.

-Mamá, quiero volver a casa.- le dije.

-Pensé que nunca lo dirías.- me dijo con una sonrisa.

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Corto lo sé, pero se viene el final y quiero tener buenos capítulos así que aunque son cortitos, creo que son buenos (: Y ya empezó el invierno así que espero que estén abrigadas para el frío invierno.
Bueno las dejo, prometo publicar, no sé cuando, pero publicaré.
Cuidaos, comenten y feliz invierno!
Montse

martes, 10 de enero de 2012

Invitado No Deseado Cap. 39

-No te entiendo, que me estas tratando de decir.- dije un poco mas tranquila.

-La cosa es,María, que no se como se lo voy a contar a mis padres, como nos vamos a mantener.- dijo el mirando la radio del auto.

-Aaron, por si no te diste cuenta le dijimos a nuestros padres eso hace, ya dos meses.- dije como si fuera obvio.- Además, tu podrías entrar a una universidad, mientras yo me tomo un año para cuidarlo y luego entramos a estudiar

Aaron saco la intermitente del auto y siguió conduciendo a casa, mientras cogía mi mano, con la mano que tenía libre.

-Perdón, quiero que sepas que no te voy a dejar sola.- me dijo con un tono muy sereno, ya más tranquilo.

-Lo sé, yo tampoco te dejaría solo por nada. le dije.

Cuando llegamos a casa, nos dimos cuenta que había alguien allí dentro. Aaron entro antes que yo, mientras que revisaba, de un minuto a otro llego a la par mía para entrar con el.

-Ven conmigo, alguien vino a vernos.- dijo tomándome de la mano.

Cuando entre en el sillón de la sala se podía ver a un hombre no mas de 20 años de cabello rubio y un cuerpo musculoso, llevaba camisa a cuadros abierta con una pollera blanca debajo, baqueros de mezclilla de un tono muy blanco y unas tenis.

Al vernos se levanto del sillón, y pude ver el parecido que tenia con Aaron.

-Hola, soy Tom.- dijo estirando una mano hacia mi.

-María.- dije cogiendo su mano.

-María, este es mi primo, es el hijo del hermano menor de mi papá.- dijo Aaron.

-Primito, veo que tuviste mucha suerte con las chicas.- dijo al verme desde arriba hacia abajo.

-Ya, creo que papá no esta tan feliz.- dijo Aaron, mientras nos sentábamos en el sillón.

-¿Y ahora que hiciste?- pregunto Tom, con un sonrisa.

"Te quiero ver esa misma sonrisa cuando sepas que hizo tu primito"- pensé.

-Digamos que volviste a ser el numero uno en la familia.- dijo Aaron.

-¿Que?, ¿Que hiciste para que eso pasaras? No soy el numero desde que tenias cinco años.- dijo.- Soy el rebelde de la familia y quiero seguir siéndolo, que es lo que hiciste para poder superarte y ser el rey de los rebeldes.- dijo.

-Pues si quieres tener mellizos no estaría mal.- dijo Aaron serio.

-¿Estas de broma?.- dijo, Tom, haciendo que su sonrisa se esfumara por completo.- Me estas diciendo que esta belleza que esta sentado al lado tuyo lleva en su vientre la nueva generación de los Hustons.- dijo el sorprendido mirándome.

Como acto reflejo tape mi pequeña panza con la rebeca. Y Aaron me abrazo en el mismo momento.

-Wow, eso si no me lo esperaba, sabes, ahora pensándolo bien ya no quiero superarte, así que diviértete con tu experiencia de ser papá a los 17.- dijo el.

Si este chico seguía hablando iba a ser yo quien le sacra las tripas, que se cree hablar así de Aaron y mas aun insinuando que mi bebé es algo malo, no me importaría si fuera el rey o el primo de Aaron, nadie me iba a pisotear y menos a mi hijo.

-Aaron.- le susurre en el oído.

-Tom, es suficiente, yo se lo que hago.- dijo Aaron levantándose.- Ahora la pregunta es, ¿que haces tu aquí?

-Acaso yo no podía venir a visitar a mi primito.- dijo el.

-Claro que puedes, pero tu no vienes a visitarnos desde que te fuiste de tu casa, hace tres años, así que dime la verdad.- dijo Aaron enojado.

-No tengo donde vivir, y pensé que quizás tu padre me daría un espacio.- dijo mirando al suelo, Tom.

-Bueno, el ya no vive aquí, el y mi madre están trabajando fuera del país, asé que el dueño de casa ahora soy yo.- dijo Aaron.

-Pues, ¿Aaron me darías un espacio en tu pequeña casa?.- dijo Tom.

-Si vas a vivir aquí hay ciertas reglas que debes seguir.- dijo Aaron.- Nada mas de sarcasmo, no vuelvas a hablar nunca mas de María o de mi hijo o hija insinuando algo y tienes que encontrar un trabajo.

-Te lo juro.- dijo Tom.- Y bueno, ¿cual es mi pieza?.

-Por hoy vas a dormir en la pieza de invitados, mientras pienso en en como acomodar las piezas.- dijo Aaron.- Y si me disculpas, necesito ir a hacer unas compras, María, serías tan amble en mostrarle done va a dormir.

-Seguro.- dije.

Aaron salio rápidamente de la casa dejándome a mi sola con su querido primo y la ama de llaves en la enorme casa.

-Así que, María, ¿cuanto tienes?- pregunto, Tom.

-Tengo 17, igual que Aaron.- dije, de forma muy cortes, mientras subíamos las escaleras.

-No, no hablo de tu edad.- dijo riendo.- Hablo de cuantos meses tiene el bebé.- dijo, mientras yo me sonrojaba.

-Solo tiene dos meses.- dije mirando hacia mi panza.

-Felicitaciones.- dijo. La primera cosa simpática que ha dicho en todo el día.

-Gracias.- le dije, mientras paraba para mostrarle su pieza.

-Bueno, así que es aquí donde voy a dormir.- me dijo.

-Si, bueno hasta hoy a la mañana yo dormía ahí, pero creo que hoy dormiré con Aaron, solo dame un minuto para mover mi maleta a la pieza de Aaron.

-Pensé que vivías en tu casa.- dijo Tom un poco mas suave.

-Yo también pensé que vivía ahí hace dos meses.- le respondí mirando al piso.

-Perdón, yo... no era mi intención sacar el tema.- dijo el cogiéndose el cuello.

-Da igual, pero si sirve de algo, necesito ayuda con las maletas.- dije, haciendo un gesto al tumulto de ropa.

-Con gusto.- dijo ayudándome a llevar toda mi ropa al cuarto de Aaron.

Cuando me levante, y pensé que iba a ir a ayudar a Tom, sonó mi teléfono, era Eme.

-¡Eme!- dije con entusiasmo.

-¡¿Como se te ocurre ocultarme esto?!- dijo con una voz muy enojada.

-Ay mierda.- fe lo único que se me ocurrió decir.

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HOLA!!! como están? espero que bien, bueno otro capitulo, ya acercándonos al gran final (: Bueno esta entrada va a mi fiel amiga Mariana de http://nessieandjakeforever.blogspot.com que es muy bueno y también va dedicado a Luz de http://elamortodolovale.blogspot.com gracias por el premio! de verdad muchísimas gracias (:
Cuídense mucho, para las que ya van a entrar al colegio, pues un buen comienzo de año! y comenten.

Montse

domingo, 1 de enero de 2012

Mentiras realidades Cap. 38

La mirada de papá me lo dijo todo. Tenia entre una mezcla decepcionante, miedo y al mismo tiempo odio, aunque a decir verdad si lo vemos de un punto yo tendría la misma mirada, pensar que en mi padre en su cabeza estaría diciendo, mi única hija esta esperando al mismo tiempo que mi esposa, yo creo que eso lo mataba por dentro.

El primero en romper el hielo fue el padre de Aaron.

-Están locos, a penas tienen 17 años, todavía no controlan su vida y ven a tener un bebé, acaso no piensan quien va a cuidar de esa pobre criatura.- dijo muy molesto.

Cuando dirigí la mirada para ver a mis padres, sentí un poco de miedo de haber empezado esta mentira. Mamá miraba al suelo tocándose la panza de cinco meses, papá la miraba a ella con cara de preocupación, bueno y mi abuela, no tenia ninguna expresión.

-¿Y que piensan hacer al respecto?- pregunto mi padre, ahora mirándome a mi a los ojos.

Intente hablar, pero aunque quisiera no podía, no se si eran los nervio o solamente no me sentía capaz de abrir mi boca y decir algo coherente. Aaron me miró y me ayudo a salir del embrollo.

-Bueno, pues ayer lo estuvimos hablando con María y sería lo mejor que yo me quedara con ella, aquí, mientras vemos lo mejor para el bebé.- dijo Aaron muy serio.

Mamá, que no había hablado en toda la noche, levanto la mirada y vi como sus ojos estaban llenos de lagrimas.

-Yo... creo que lo mejor sería que María fuera a vivir con ustedes, es decir, creo que dos personas en el mismo estado sería muy difícil que convivan bajo le mismo techo, ya que la que nos cuidaría sería la abuela, y no es justo para ella.- dijo mi mamá con la voz quebrada.

No lo entendía, mi mamá, mi propia mamá me estaba echando de mi casa. Y cuando quise buscar ayuda con mi papá, me di cuenta que el estaba mirando al piso y no sería capaz de llevarle la contra a ella.

-Pues entonces por que no mejor esta noche lo paso donde Aaron y mañana llevo todas mis cosas a su casa.- dije enojada.

-Por mi ningún problema, ya que así, yo y mi esposa nos vamos de viaje a cerrar el negocio, mientras que Aaron se queda con María en casa y el ama de llaves.

Sentía que una lagrima se me iba a caer, así que lo único que se me ocurrió hacer fue mirar, al piso aunque como siempre Aaron se dio cuenta y me abrazo y decidió cortar esto.

-Ya es suficiente, no ven lo que hacen, lo único que queríamos era su apoyo, que supiéramos que están ahí, pero en vez de eso llegan y critican, es suficiente, si nos disculpan nosotros nos vamos a mi cuarto.- dijo Aaron muy molesto, tomando mi mano para subir a su cuarto.

En cuanto estuve allí no pare de llorar, las lagrimas salían por si solas.

-María, no llores por favor.- dijo acercándose a mi a abrazarme.- los dos juntos vamos a salir de esta, no te preocupes.

Esa noche me dormí llorando al lado de Aaron.

Los días pasaban muy rápido, en el colegio nadie sabía nada y habían decidido que lo mejor sería que tomáramos un colegio que adelantara un año y que si preguntaran no dijéramos nada, puesto a que nuestros padres decidieron mantener discreción, con mamá hablaba una vez a la semana para ver como iba todo, en cambio papá y la abuela llamaban todos los día, aunque la abuela cuando podía iba a visitarme y llevarme comida y saludar a mi panza vacía, en la que ella juraba que estaba su bisnieto, por parte de Aaron sus papás no podían volver hasta en enero, que faltaba ya cuatro meses y significaba que no iban a estar en la graduación.

Y sin darnos cuenta ya había pasado dos meses, desde que todo había empezado.

Esa mañana de sábado, al despertarme, en la pieza de invitados de la casa de Aaron, no me sentía tan bien, la semana pasada había cogido un pequeño resfriado, pero no había sido nada importante, pero por alguna razón me había despertado con dolor en el estomago y un poco mareada. Y por las dudas decidí ir a decirle a Aaron.

Toque la puerta mientras que la mismo tiempo la abrialentamente, y como siempre el ya estaba levantado leyendo un libro en su cama.

-Buenos días.- me dijo al verme.

-Hola.- le dije.

-¿Y esa cara de culo que tienes?- dijo con una sonrisa.

-La verdad es que no me siento para nada bien.- le dije mientras me sentaba al lado de el.

Me toco la frente como si fuera un doctor y luego sin mas se levanto de la cama.

-¿Que pasa?- dije confundida.

-Es que no tienes temperatura y no puede ser que ya lleves dos semanas con gripe, después de desayunar te voy a llevar al medico, algo debe de estar pasando.- me dijo mientras yo le seguía y bajábamos las escaleras.

Tomamos desayuno rápidamente, para luego subir las escaleras e irnos.

Cuando estuvimos en el auto prendí la radio para quitar el silencio incomodo que había.

-No puedes creer que el próximo mes estemos graduados.- le dije-

-Ya, aunque hubiera preferido graduarme con mis amigos, aunque contigo no esta nada de mal.- dijo sonriendo.

-Yo también, quien hubiera pensado que una pequeña mentira tendría que ser tan comprometedora.- le dije.

-Pero ya no importa, estamos los dos en esto.- me dijo tomándome de la mano que le sobraba.

Al llegar a la clínica, subimos al segundo piso en donde se encontraba el medico que nos había atendido la vez pasada, cuando informamos de nuestra llegada nos hicieron esperar unos minutos antes de dejarnos pasar a la consulta.

-Buenos días.- dijo el medico, con una voz muy suave.- ¿Y que los trae por aquí de nuevo?

-La verdad es que María esta mañana no se sintió para nada bien y creo que los medicamentos que le dio no le están haciendo efecto, ya que aun sigue con el dolor estomacal.

-Bueno y que les parece hacer unos pequeños exámenes para ver que le puede estar afectando a esta pequeña.- dijo el medico.

Con la orden medica subimos al tercer piso en donde iban a ver que tal estaba mi apéndice, si es que era lo que estaba fallando.

Nos hicieron entrar a una pieza en la que no había ninguna ventana y había una maquina enorme con una pantalla. Me hicieron acostarme en una camilla, mientras que Aaron se sentaba en una silla a mis pies.

-Hola.- dijo la enfermera mientras entraba por la puerta.

-Buenos días.- dije.

-Así que problemas a la apéndice, veamos lo que dice esto.- dijo mientras leía la orden medica.

Hecho una cosa muy helada en mi panza mientras miraba la pantalla.

-No creo que esta sea un problema en la apéndice.- dijo mientras miraba a Aaron.

-¿Entonces que le pasa?- dijo el.

-Por que no lo vienes a ver tu mismo.- dijo ella.

Aaron se quedo atónito apenas vio la pantalla, y yo como siempre no me di cuenta de lo que estaba pasando.

-¿Que esta pasando?- dije tartamudeando.- ¿Que es lo que tengo?

-Mejor los dejo a los dos solos, vuelvo en seguida.- dijo ella.

-Creo que nuestra mentira se hizo verdad.- dijo Aaron tomándome de la mano.

Yo sin darme cuenta giré mi cabeza para poder ver en la pantalla una pequeña cabeza, mientras una lagrima salia de mi ojo.

-No puede ser.- dije sin más.- Solo paso una vez.

La enfermera volvio para informarnos una cosas.

-Tienen mucha suerte, con los medicamentos que estaba tomando María, podría haber matado al bebé, pero aun así no paso nada.- dijo mientras lo revisaba por la pantalla.

-¿Cuanto...? ¿Cuanto meses tiene?- le pregunte.

-Es muy pequeño solo tiene 8 semanas.- respondió.- Bueno creo que estamos listo, lo mejor sería que los dos fueran a avisar a sus padres.

-Gracias.- le dije mientras sacaba la cosa de la panza.

Cuando entramos al auto, Aaron no fue capaz de decir una palabra.

-¿Que es lo que tienes?- le dije un poco molesta.- No has dicho nada desde que salimos.

-La cosa es, María, que en verdad no le había tomado el peso a todo esto.- dijo aparcando el auto en una esquina.

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Hola!!

No es mi capítulo favorito, pero debo decirles que se acerca el final, así que disfrutenlos (:

Cuídense, y un muy FELIZ 2012!

Montse

domingo, 11 de diciembre de 2011

Una Mentira Piadosa Cap. 37

-No me puedes dejar, se suponía que lo nuestro era para siempre, juntos, no separados.- le dije empezando a llorar.

-Lo sé.- dijo mirando al piso.

-Lo sé, es lo único que puedes decir, la relaciones a distancia no existen Aaron, no existe.

Me sentía tan desconsolada, con el tan solo hecho de pensar de nunca más ver a Aaron me mataba, no podría, no sin Aaron.

-María, para mi también es difícil, yo no me puedo ir sin ti, pero mi papá insiste en que necesito irme con el, y tus padres cuando les pregunte si tu podías venir conmigo respondieron que eso no podría ser.- dijo Aaron sentándose al lado mio.

Entonces vino a mi mente, sin más, creo que la desesperación me gano, pero no perdía nada con intentarlo, todo por que Aaron no se fuera.

-Si dices que estoy embarazada.- dije sin más.

-María, es que estas loca, si mi padre se entera que esto no es verdad, me mataría.

-Ya, pero es nuestra única opción, no te puedo dejar ir.- le dije.

-Y como lo vamos a hacer cuando no tengas nada de pansa, o como le diremos a tus padres que esto es toda una mentira.- dijo sentándose al lado mio.

-A mis padres no les diremos que es mentira, y cuando empiece a pasar el tiempo podemos decir que lo perdí.- no era de las que metía, pero no podía, ni quería perder a Aaron.

-Si haremos esto lo haremos bien.- me dijo Aaron.

-¿Que quieres decir con eso?- dije un poco preocupada.

-Primero que todo tu y yo sabemos que nosotros no lo hemos hecho, y que todavía nos queda terminar este año para salir del colegio, todavía somos los bebés, pero nadie sabe nada de nuestra relación, es decir que nadie debe saber que todo esto es una mentira, ni tus amigas, y tendremos esta mentira hasta que sea seguro de mi estadía aquí.- dijo mirándome a los ojos.

-Te amo.- le dije dándole un beso.

-Ahora, mañana te espero en mi casa lo más temprano que puedas, voy a estar solo, y cuando entremos de vuelta haremos que nada paso.- me dijo tomándome de la mano para volver adentro.

Caminamos por el pasillo tomados de las manos, de vez en cuando mirándonos y sonriéndonos, hasta que llegamos a la mesa, y como mis padres no son de los que preguntan mucho, solo hablamos de cosas superficiales sin tocar el tema, hasta que nos volvimos a casa.

-Te espero mañana.- fueron las ultimas palabras de Aaron antes que fuera a su casa.

Como lo habíamos acordado con Aaron, por la mañana fui para su casa sin hacer mucho ruido, puesto a que mis padres seguían dormidos, y les había dejado una nota en la nevera.

Toque el timbre de la enorme casa de Aaron, y como lo había dicho cuando abrió me di cuenta que en esa casa tan grande estaba el solo.

-Hola, linda-. me dijo Aaron dándome un beso.

-Hola.

Subimos las escaleras tomados de las manos y caminamos por el pasillo en silencio hasta llegar a la ultima habitación del pasillo, que claramente era la de Aaron.

-Anoche, cuando llegue de vuelta, me puse a averiguar un poco sobre el tema, por que si queremos que no se den cuenta de nuestra mentira tenemos que hacerla muy real.- dijo Aaron.

-¿Y que encontraste?- le pregunte sentándome en su cama.

-Pues primero que todo son los síntomas, debes comer mas, ir mas al baño y cosas así, cosas superficiales, pero luego empece a pensar y si nos piden fotos y cosas así, entonces intentando conseguirme unas, me acorde que tengo un amigo que se titulo de medico hace algunos años y tiene su propia clínica.

-Creo que eso nos ayudara mucho.- le dije.

-Y después cuando nos pregunten nuestros padres sobre el colegio, bueno solo nos quedan unos meses mas para que se acabe así que mucho drama no va a haber por ese lado.- me dijo.

Luego siguió buscando por Internet mientras yo miraba la tele a su lado.

-Aaron,¿te puedo preguntar algo?

-Lo que quieras.- me dijo agarrando mi mano sin despegar su vista de la pantalla del computador.

-Pues me preguntaba, ¿que pasaría si esto no fuera una simple mentira? digo, si yo de verdad...

-Estaría allí para apoyarte en cualquier cosa.- me dijo dándome un beso en la frente.

-Gracias, por todo.- le dije separándome de el.- Ahora, cambiando de tema, ¿como lo vamos a hacer para contárselos?

-Bueno, pues mis padres deberían estar por llegar y yo les pregunte si podíamos hacer una comida con tu familia, y ellos accedieron, así que nosotros deberíamos empezar a cocinar algo no crees.- dijo mirando.

Yo mire la hora en mi muñeca y me di cuenta que ya eran las doce del medio día, y que si no empezábamos a hacer algo de comida pues terminaríamos comiendo a las cinco de la tarde.

Bajamos a la cocina a ver que podríamos hacer con las cosas que habían en la casa de Aaron. Al final decidimos por hacer una ensalada con pollo agridulce, mi especialidad.

Cuando nos íbamos a disponer a hacer la comida, los padres de Aaron entraron por la puerta principal con sus maletas en mano.

-Buenas tardes.- dijimos Aaron y yo al mismo tiempo, cuando entraron sus padres a la casa.

-Hola chicos.- dijo la madre de Aaron subiendo las escaleras para dejar la maleta.

-Veo que ya empezaron con el almuerzo.- dijo el padre de Aaron-

-Pues si, es que a María le dio hambre.- dijo Aaron dándome un codazo, muy levemente.

-Si, es que últimamente mi apetito me esta matando.- dije sonriendo.

-Mmmm, que raro, bueno y ¿llamaste a tus padres María?- pregunto el padre de Aaron subiendo las escaleras.

-Si, dijeron que iban a estar aquí cerca de la 13:00.- le dije.

Aunque al final, nuestro menú no fue cambiado, lo que terminando con Aaron haciendo, fue poner la mesa, aunque no fue tan aburrido como sonaba en un principio, solo que no era lo que mas amaba hacer en mi casa cuando ayudaba.

Cuando estuvimos todos por fin sentados en la mesa, y ya con la panza un poco llena, con Aaron decidimos contar nuestra mentira piadosa.

-Bueno Aaron y yo tenemos algo muy importarte que contarles.- dije, mientras que Aaron ponía su brazo en mi espalda.

-La cosa es, familia, que yo y Aaron vamos a ser papas.- dije mirando hacía el piso.

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Lo sé, lo sé, los tengo botados, pero fue por que ya no tenia inspiración y si no fuera por Mar, creo que no hubiera escrito este capitulo, por que ella me alentó a escribirlo espero que les guste y comenten. Ah y ademas tengo qu festejar por que llegamos a las 13 mil visitas!! así que por ahí se me va a ocurrir algo con que pueda hacer para celebrarlo.

Bueno espero que les guste, cuídense.

Montse.

lunes, 13 de diciembre de 2010

No Merece Esa Reacción Cap. 36

-María, ¿que es lo que tienes?- me pregunto Tony.

-Es solo... una basurita en el ojo.- le dije mientras intentaba secarme las lagrimas.

-¿Y me vas a decir que justo te entro una en cada ojo?- me pregunto.

-Mmm... si.- le dije escondiendo mi cara.

-Bueno... si no quieres decirme.- me dijo mirandome y haciendo una cara de perrito.

-No, no te quiero decir.- le dije con una sonrisa en mi cara.

-Bueno, pero por lo menos te saque una sonrisa.- dijo Tony también sonriendo.

-No... no entiendo, pero no es necesario reaccionar de esa manera.- le dije con una cara más preocupada.

-Es Ashley, se puede esperar cualquier cosa de ella.- me dijo más seguro de lo que decía.

-Pero no merece tal reacción.- le dije

-Intento hacer que sea como antes, pero ella es muy terca, además creo que se siente sola, y no es que no la comprenda, se por lo que esta pasando, pero ni en mi confía.- me dijo Tony.

-No la culpo, pero no es la misma de siempre, quiero a mi amiga devuelta.- dije mirando hacia el suelo.

-Mejor, ¿por que no hablas con ella?- me dijo cogiéndome las mano.

-Buena idea, ahora mismo voy a ir con ella.- le dije más feliz.

-Creo que sufres de bipolaridad, por que mujer si que cambias de animo.- me dijo riendo.

-Gracias Tony.- le dije mientras me levantaba y iba a buscar a Ashley.

Camine tranquilamente a donde estaba Ashley.

La encontré sentada en una banca con unos chicos que nunca en mi vida había visto.

-Ashley, ¿puedo hablar contigo?- le dije.

-Claro, María.- me dijo con una sonrisa rara.

-¿Puede ser en privado?- le dije con un tono más bajo.

-Vamos, Ashely, ricitos de chocolate quiere hablar contigo.- dijo un chico con una gorra que le quedaba grande.

-Ya basta Xavier.-dijo riendo Ashley y luego tirandole un beso.

Camino a mi lado y me cogió por el brazo.

-Bueno, ¿que quieres hablar conmigo?- me pregunto.

-Es... es sobre... sobre ti, es que no sé por que te comportas así.- le dije mientras ponía mi mano en mi cuello.

-¿De que hablas?- me pregunto Ashley como si no entendiera nada.

-Hablo de ti... de que te estar portando de una manera distinta, como si fueras más rebelde.- le dije sentándome en una banca.

Ella se puso al lado mío y cogió mi mano.

-María, las cosas nunca son como queremos.- me dijo.

-Pero si quieres y le pones empeño puedes lograr lo que quieras.- le dije

-Sabes María, yo pensaba igual que tu, pero me di cuenta que así no lograba nada, y ahora lo estoy perdiendo todo.- me dijo.

-Lo sé, yo sé lo que es perder alguien que amas, lo sé, pero no debemos dejar que esas cosas nos derriben, tienes que ser fuerte.- le dije mirándola.

-No, es que no quiero esto, es muy injusto.- me dijo a punto de ponerse a llorar.

-La vida es injusta, pero solo tenemos que vivirla con ganas.- le dije.

-María no se que hacer.- me dijo.

-Ser tu misma.- le dije dándole un abrazo.

-No lo sé, María, aunque no me siento muy cómoda con ellos, me encanta como ellos me tratan, me siento importante a pesar de todo.- me dijo con la cabeza gacha.

-Si, pero no es la Ashley verdadera, estas siendo los que ellos quieren que seas.- le dije.

-Entonces, ¿cual es la verdadera Ashely?- me dijo con un tono más brusco.

-La que es extrovertida, la que no le importa que piensen los demás de ella, la que ríe con todo.- dije sonriendo.- No te debes dejar caer, por cada caída nos debemos levantar.

-Gracias.- me dijo.

-No fue nada.- le dije separándome de ella.- Ahora vamos a clases o si no llegaremos tarde.

-No, en verdad gracias, pero me lo tengo que pensar, no se como preguntárselo a la almohada.- me dijo con una sonrisa un poco rara.

El día transcurrió normalmente, aunque se veían muy pocos cambios de Ashley, pero por lo menos hice algo.

Estaba feliz de que todo ya empezara a solucionarse, poco a poco.

Aunque estaba entusiasmada de que ya fuera la noche para poder ir con Aaron a cenar, aunque un poco nerviosa por si no salía algo bien.

-Ya se pueden ir.- dijo el profesor.

Cogí mis cosas y salí corriendo a buscar mi bicicleta.

Cuando llegue a casa, subí corriendo a mi cuarto, para ver qe me podría poner.

Revise mi armario de arriba a abajo, que combinaba con que, ropa que ya me había puesto. Al final saque tres conjuntos de ropa.

Elegí el último, era un vestido rosado con blanco y café, zapatos color café y una cartera del mismo color.

Llamaron a mi puerto, arregle un poco mi pelo, ya que lo tenía todo en la cara, y fui a abrir.

-María, ¿estas lista?- me pregunto mi madre ya vestida para la ocasión.

-Me ducho y ya.- le dije.

-Pues apúrate, Aaron esta por llegar.- me dije subiendo un poco el tono.

-Estoy lista en cinco minutos.- le dije, mientras me cubría con la puerta para intentar cerrarla. Y no era por que quería sacar a mi madre de mi cuarto, era por que no quería que Aaron me viera así.

Después de diez minutos, mágicamente, estaba totalmente lista

Baje las escaleras rápidamente, al mismo tiempo intentando no caerme. No acostumbraba a andar con muchos tacones.

-Que guapa.- dijo Aaron al verme.

-¿Cuando has llegado?- le pregunte.

-Ni un hola o gracias por el piropo.- me dijo mirándome a lo ojos y al mismo tiempo acercándose a mi.

Y aunque suene algo cursi, esos ojos azules, me hacían sentirme completa, con esa mirada tan segura de si mismo y al mismo tiempo esos ojos que le tenían compasión a todo. Con aquellos ojos sentía como el mundo se paraba, cuando los miraba a los ojos.

Pero cuan rápido me di cuenta, todo el mundo me miraba para que respondiera.

-Mmmm... hola.- le dije a Aaron.

-¿Bueno, ya nos vamos?- pregunto mi madre.

-Claro.- Respondió mi padre.- María, vas con Aaron y nosotros en mi auto.

-Esta bien.- dije.

Mis padres y la abuela fueron hasta el garaje, para poder ir ya partiendo, mientras que yo y Aaron caminábamos lentamente al auto tomados de la mano silenciosamente.

Pero algo andaba mal, y me di cuenta el mismo momento en cuando ponía la alarma, y Aaron miraba hacía la pared intentando olvidarse de algo.

-Vamos.- le dije cuando empezó a sonar el pito para salir de casa.

Saco las llave de su bolsillo, mientras abría su auto.

Me abrió la puerta como siempre, pero sentía que mi Aaron no estaba allí.

-¿Estas bien?- le pregunte, cuando entro al auto.

-Si, no me pasa nada.- me dijo mientras me daba un beso cálido y dulce.

En camino al restaurante, hablamos de muchas cosas y reímos de muchas cosas que decíamos, hasta que salió un tema no muy agradable.

-María, si te pidiera matrimonio, ¿ aceptarías?- me pregunto un poco nervioso.

-No crees que somos muy jóvenes, ni siquiera terminamos el colegio y tenemos toda una vida por delante.- le dije cogiendo su mano, mientra que con la otra el conducía.

-Si, pero es solo una pregunta.- me dijo.- Pero, ¿aceptaría?- me pregunto de nuevo.

-Claro, eres el único chico en mi vida.- le dije.

Minutos después ya habíamos llegado al restaurante.

Bajamos lentamente del auto y vimos como mis padres llegaban tras nuestro.

Cogimos la mesa diez, la que mi padre había reservado esta mañana.

La señora de la recepción nos llevó a una mesa muy apartada al final del todo, pero era mucho mejor, por que estaba todo lleno, hasta costaba caminar entre las personas sentadas.

-Que linda mesa.- dije al verla.

-Bueno, su camarero viene enseguida.- dijo la señorita, mientras daba la media vuelta para irse de nuevo a su lugar de inicio.

Nos sentamos silenciosamente en la mesa, para luego ver la carta de comida.

El camarero llego unos minutos después de que la señorita se había ido. Todos pedimos cosas muy distintas, aunque yo probé cada plato que habían elegido.

Hablamos de muchas cosas, hasta que llegó un tema que no esperaba para nada.

-¿Y cuando se van Aaron?- pregunto mi padre.

-¿Que?- pregunte muy exaltada.

Aaron intento no mirarme.

-Responde, Aaron, ¿cuando te vas? y ¿cuando pensabas contarme?- le dije ya muy enojada.

-Yo... yo.- intento responder mis preguntas.

-Perdón, no me quería entrometer entre ustedes.- dijo mi padre.

-No, me doy cuenta que aquí sobro, por que de seguro ya todos sabían de esto.- dije levantándome para salir al patio de adelante.

Cuando estuve afuera, me senté en un tronco que había cerca de donde habíamos aparcado.

-María.- sentí como Aaron me decía por la espalda.

-¿Cuando vuelven?- le dije ya un poco más calmada.

Se puso la mano en el cuello y respondió:

-Quizás no volvamos.- me dijo mirando hacía abajo.


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"Love is like the wind, you can't see it but you can feel it" - Nicholas Sparks (A Walk To Remember)

Mil disculpas, se que me atrase un montón, pero aquí estoy de vuelta y prometo que nunca más voy a dejar el blog por tanto tiempo. Espero que les guste el capítulo, es un poco largo, pero se lo merecen. Y si Aaron se va!!!! Aunque quien sabe si sera para siempre.

Bueno comenten, cuídense mucho

xoxo

Montse

jueves, 7 de octubre de 2010

¿Ashley? Cap 35

Bueno, después de un mes de adaptarnos de nuevo al colegio, empece a ver muchos cambios, no solo en mi familia, si no también en mis amigos, no es que este diciendo e todos, pero Ashley estaba muy rara, estaba como rebelde, autoritaria, no era la chica que yo había conocido.

Esa mañana estaba un poco cansada, era viernes, pero sabia que hoy iba a ser una gran día. Hoy el colegio preparo un Jeans Day, en donde podiamos ir con ropa de calle al colegio.

Me levante de mi cama, cogí unos pantalones blancos, una camiseta color beige, y mis zapatitos color beige. Luego me metí a la ducha, cuando salí deje mi largo pelo caer y me puse una cinta color blanco, mientras ponía un poco de crema en mis rulos.

Baje a desayunar rápidamente, salude a mi mamá y mi papá y a la abuela, cogí un yogurt y una barra de cereal, y me senté al lado de mi abuela.

-María, ¿hoya vas a salir?- pregunto mi mamá.

-No, que yo sepa, no tengo ningún plan.- le dije a mi mamá

-Entonces no hagas ninguna plan, hoy saldremos a una cena familiar.- me dijo mi padre.

-¿Y eso por que?- pregunte algo extrañada.

-Por que hace un buen rato que no hacemos nada en familia.- dijo mi mamá.

-Bueno, ¿pero puedo invitar a Aaron?- les pregunte.

-Claro.- me respondía mi abuela.

Solo sonreí.

-Ahora apúrate ya se te hace tarde para el colegio.- me dijo mi papá.

-Permiso.- dije mientras me levantaba de la mesa para irme a lavar los dientes y luego coger mi bolso e irme.

Camino al colegio, le mande una mensaje a Aaron para poder decirle lo de esta noche, después me quede pensando en Ashley, me tenía muy preocupada, Ashley no era así, ahora casi todas las noches salia, tenía malas calificaciones. algo raro en ella, puesto que le iba mejor que a mi. Tanto pensar, que casi no me di cuenta que ya había llegado al colegio. Camine lentamente por el pasillo, buscando a Aaron, pero nada. Fui a mi casillero cogí lo libros de química y me fui a la clase.

Cuando llegue vi que estaba sentado Aaron, puse mi bolso y me senté al lado de el.

-Hola.- me saludo con un beso.

-Hola, ¿leíste mi mensaje?- le pregunte.

-Si, claro que puedo ir.- me dijo.

-Claro.- le dije con una sonrisa en mi cara.

-Ahora cambiando de tema, te han dicho que te ves increíble hoy.- me dijo.

-Gracias.- le dije.

Y justo pasó ese silencio infernal que odiaba, pero ahora sabía por que era, me tenia muy preocupada lo de Ashley. Decidí romper ese silencio y le pregunte a Aaron

-Aaron, ¿sabes algo sobre Ashley?- le dije algo preocupada.

-Se que ayer casi la suspende, por tu ya sabes que.- me dijo.

Como no saberlo, medio colegio se había enterado que Ashley intento escaparse de la clase de biología, para ir al recreo. Lo pero de todo es que no entendía su comportamiento, no entendía por que hacía todo esto.

-¿Tu le has preguntado algo a Tony?- me pregunto Aaron

Claro, ¿como no se me había ocurrido?, pregntarle a Tony, si Ashley no nos quería decir nada era mejor preguntarselo a su novio.

-Después de la tercera hora lo voy a buscar y preguntarle.- le dije a Aaron muy entusiasmada.

-María, estas loca.- me dijo acariciándome la cara.

-Lo se, lo se.- le dije entre risas.

Cuando llegó Eme y Mel le conté sobre lo que iba a ser para ayudar a Ashley. Ellas no estaban muy seguras de mi plan, por que en algo tenían razón, Tony es su novio y si Ashley le dijo que no contara nada el no lo va a hacer, pero si le va a contar a Ashely que estuvo hablando sobre ella con nostras.

Ya estábamos en la tercera hora, estaba desesperada, me estaba comiendo las uñas, ni siquiera me comía las uñas, veía la hora cada 5 segundo.

-Señorita Blake, ¿tiene algo que hacer más importante que mi clase?- me pregunto el profesor.

Estuve a punto de respondedle que si que la vida de una amiga dependía de eso, pero uno, iba a ser muy dramática y segundo respondía si, y de seguro me mataban.

-No, es que su clase me llama mucho la atención.- le dije mintiendo.

-Si, y dígame, ¿de que estamos hablando?- me pregunto mi profesor

-De la fotosíntesis.- le dije como si fuera obvio.

-Esta consiente de que eso es materia de séptimo y que estamos en clases de ingles.- me dijo alzando una ceja.

Justo Aaron estaba sentado al lado mio y me mostró lo que estábamos pasando.

-Profe, usted sabe que solo le estaba haciendo una broma, que lo que estamos viendo en verdad son Pads for interview.- le dije.

El profesor se dio vuelta para volver a escribir en el pizarra, mientras yo le decía gracias a Aaron.

-Ah, casi se me olvida, señorita Blake, no es necesario que su novio la ayude en todo.- me dijo, yo simplemente me sonroje.- Y cualquier cosa que la tenga en otro mundo, espero que sea más importante que mi clase.

-No se preocupe, mis aventuras no están metidas en esta situación- le dije.

En eso sonó la campana.

Bien.- pensé

Cogí mis cosas y salí corriendo a buscar a Tony.

Allí estaba saliendo con Gaspare, sali corriendo con mi bolso y mi colación en la mano. Sabía que todo el mundo me miraba como si fuera una loca, pero a mi no me importaba lo que pensaran los demás de mi.

-Tony, Tony, ven por favor.- le dije.

El miro para atrás, y paro para esperarme.

-¿Que es lo que pasa?- me pregunto en el momento en que puse al lado de el.

-Necesito hablar contigo es urgente.- le dije.- Es sobre Ashley.- termine la oración

-Mejor tomemos asiento.- me dijo con una voz serena.

Nos sentamos en una banca que estaba en el patio trasero del colegio.

-Tony, en verdad que Ashley me tiene muy preocupada, ¿que es lo que le pasa?- le pregunte muy desesperada.

-¿Ashley no le ha contado nada?- me pregunto.

-¿Sobre que?- le dije.

-Sobre lo que le esta pasando a ella y su familia.- me dijo.

-Tony, puedes ir al grano por favor.- le dije con un tono más fuerte.

-El abuelo de Ashley se esta por morir, su abuelo es quien la criaba de pequeña cuando su madre no estaban, ella vivió su infancia con el.- me dijo.

Estuve a punto de llorar ahí mismo, sabía que los padres de Ashley trabajaban mucho y que papá pasaba viajando, pero no sabía que ella se quedaba con su abuelo, y que eran tan unidos, me acorde de mi abuelo.

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Hola, perdón por la demora, pero se me hecho a perder la batería de mi notebook, entonces allí estaba la historia, en fin, y no tenía mucho inspiración, además que hoy mi mejor amigo se devuelve a España :( Espero que les guste el cap y aqui los recomendados:

http://warned-dreams.blogspot.com/ Muy bueno se los recomiendo a todas esta chica escribe muy bien es muy buena :)

Cuídense, comenten

Montse

lunes, 13 de septiembre de 2010

Adiós Italia, Hola Realidad. Cap. 34

POV Gaspare

-La verdad Eme, es que Fiorela fue mi novia y ahora me persigue y yo no quiero que lo nuestro se acabe por ella, por que ella es mi pasado, tu eres mi presente y mi futuro.- le dije a Eme cogiéndola de las manos.

-¿Por que no me contaste?- me pregunto ella con una voz muy bajita.

-Por que tenia miedo.- le respondí.

-¿De que?- me pregunto extrañada

-De que me dejaras.- le dije

-Eso nunca.- me dijo dándome un beso en la mejilla.- Pero no de bes ocultarme las cosas.

-Fiorela, por favor déjanos tranquilos es nuestra ultima semana.-le dije en un tono cansado

-Yo... yo solo quiero pasarla con ustedes.- me dijo.

-Solo nos acompañas si dejas de coqueteare a mi novio.- dijo Eme seria. Aunque le encontraba toda la razón a Eme, me parecía extraño ver seria a Eme, ella era de esas chicas que le gustaba disfrutar la vida tal cual era y sonreía por todo, igual que Mel, y casi nunca estaba seria.

-Esta bien.- dijo.

Entonces cogimos nuestras cosas y nos fuimos a terminar nuestro hermosos viaje.

POV María.

El tiempo se me había pasado volando, no me había dado cuenta que mañana volvíamos, aunque por una parte estaba feliz, por que iba a ver a mi abuela, que extrañaba mucho y a mi madre y su panza típica de tres mese, y aunque solo me había enterado hace unas semanas que iba a tener otro hermano o hermana, mi madre ya tenia tres meses, eso me angustiaba un poco saber que solo quedaban tres meses para empezar a ser hermana mayor. Pero también lo malo de irse era que iba a dejar de tener toda la libertada que tengo ahora y por que volvíamos al colegio.

Esta ultima noche íbamos a ir a dar un paseo por alrededor de Malta y luego íbamos a ir a cenar algo.

Y aunque suene totalmente loco o raro, lo que más iba a extrañar era a Fiorela, estos ultimos días me había hecho una nueva amiga a la cual la iba a extrañar mucho. Y si se lo que había dicho de ella, pero como dice mi abuela, no juzgues a un libro por su portada, y eso fue exactamente lo que hice, la juzgue mal, ella en realidad es una chica buena, simpática, un poco ambiciosa, pero muy buena.

-Vamos. María.- me dijo Mel

Cogimos nuestras cartera y nos fuimos.

-¿Como se lo pasaron en Italia?- Nos pregunto Fiorela

-De maravilla.- respondí entusiasmada

-Bueno, los voy a llevar al mejor restaurante de toda Malta.- nos dijo, mientras entrabamos a un lugar enorme en donde habían muchas personas y también había muy rico olor.

-Tavolo per dieci persone, si prega di.- dijo Fiorela

-A chi è il libro?- pregunto la persona que estaba en la recepción del restaurant

-Si tratta di un nome di Fiorela Napoli.- respondió ella

Y como yo no entendí lo que decía, entonces fui hacia donde estaba Luca

-¿Que es lo que decían?

-Fiorela, le pregunto por una mesa de diez y el le respondió a que nombre esta la reserva y ella respondió que a su nombre.- me dijo Luca como si fuera tan fácil como la tabla del uno.

-Gracias.- le dije.

-Vamos.- me dijo Tony por la espalda.

Cuando entre vi la mesa más grande que había y que salia el nombre de Fiorela en un papel intentando decir que esta mesa estaba reservada. Me sentía como VIP o como un famoso.

-Hoy pago yo, pidan lo que quieran.- dijo Aaron.

Después de que el mesero nos tomara lo que queríamos, al cual no le entendí ni j de lo que dijo, empezamos a hablar y a reír, y así estuvimos hasta las 11:30. Y sabía que mañana más de uno tomaría el vuelo retrasado, peor eso no importaba, por que estábamos viviendo el momento.

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Hola, perdón lo tarde, pero tenia cosas que hacer y no me dio tiempo, por que la semana pasada terminamos las bimestrales, y salí de vacaciones de primavera el viernes, además estamos intentando prepararle la despedida a mi mejor amigo que se devuelve as España este mes para poder alcanzar el año escolar allí. Bueno, pero lo bueno es que en menos de tres mese termino las clases :) Bueno los recomendados de hoy:

http://lost-in-london---miblogaleja.blogspot.com/ Bueno este blog es muy bueno trata de una chica que recientemente perdió a su padre y decidió dejar todo e irse a Londres con su mejor amiga

http://unamoroscuro.blogspot.com/ Dos personas totalmente distintas, por un lado la tenemos a Elizabeth, esa chica que lo tiene todo lo material, pero por dentro esta totalmente vacía y busca alguien en donde sea esa pared de mantención que nunca tuvo o tratar mal a las personas para poder llenar ese vacío, y por otro lado esta Nicole, esa chica que no tiene nada, ni padres ni autos lujosos, ni ropa de marca, pero sabe que hay que seguir adelante, por que la vida es así, pero hay que seguir viviendo.